Diana y Miguel celebraron su boda el verano pasado, pero a ella siempre le había gustado la idea de celebrar una boda de invierno. A partir de aquí se cuece esta sesión a medio camino entre elopement y fotos de post boda.
Todo fue tan mágico y espontáneo que el día se convirtió en una experiencia maravillosa para todos los que participamos del amor de esta pareja; los espacios y el paisaje que enmarcan la localización elegida para recrear cada uno de los momentos más especiales de una boda..., ahora sí, para Diana y Miguel, su gran boda de invierno.
Ambos estaban encantados con esta idea, todos los detalles estaban exquisitamente diseñados, para que la ceremonia al aire libre los acogiera bajo un cielo azul como testigo y diese paso a un romántico paseo por el pueblo que ambos disfrutaron muchísimo, para concluir bajo un baño de nieve con un look mucho más alternativo sin perder su buen gusto...
Todavía me acuerdo con emoción las palabras de Diana: "Los tonos verdes nos hacen sentir que casi podemos oler el aire fresco de la montaña... Y una y otra vez, al comienzo de cada día, te elijo a ti Miguel para amarte y envejecer contigo; te elijo sabiendo que todavía tendremos mil senderos que recorrer y montañas que escalar como marido y mujer. Te elijo para que siempre estés a mi lado y que me leas cada día estas letras que nos han unido..."
Como fotógrafo de bodas este tipo de experiencias nunca se olvidan, y será el recuerdo más preciado que guarde de esta preciosa unión. Felicidades!!!
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